Acting, un idioma universal
Descendí del avión y una brisa de calor, diesel y curry me abrazó para darme la bienvenida. El olor era penetrante y con apenas una hora en India me dí cuenta que ese aroma me acompañaría por el resto de mi estancia en el país.
Quien también me acompañó durante esos meses fue Román Llanos, que al igual que yo, es animador de personajes. Lo conocí en Guadalajara mientras trabajábamos en “Un gallo con muchos huevos” de Huevocartoon, y ambos estábamos en India para supervisar la animación de un largometraje.
Hasta ese momento, pensaba que mi dominio del inglés era bueno, podía leer textos sin usar google translator, ver películas sin necesidad de subtítulos e incluso, ver tutoriales y entenderlo todo.
Al llegar al estudio la primera tarea como supervisores de animación, era presentarnos ante todo el equipo, lo hice, y el rostro de los artistas no me decía nada, algunos sonreían pero la mayoría simplemente me veía a mi y a mis pantorrillas descubiertas por la bermuda que vestía ese día. Al parecer muy pocos entendieron lo que dije.
Pasaron los días y me di cuenta que muchos animadores ni siquiera hablaban inglés, cada que yo les daba feedback y revisaba sus escenas me contestaban: “yes, sir. Ok. Yes, sir” pero no entendían nada. Entonces comencé a limitarme a frases cortas como: “Do this”, “this is ok, this is not ok” y a actuar las acciones que yo quería, me di cuenta que eso funcionaba mejor.
Las palabras resultaban útiles para reforzar indicaciones para aquellos que sí hablaban inglés pero para los que no, actuarlo era suficiente. Entraban y salían de la oficina, uno tras otro. Nosotros revisábamos sus animaciones y para explicar nos movíamos, saltábamos, deformábamos nuestros rostros para mostrar las expresiones que queríamos para el personaje y así también, trabajamos en convencer a los animadores de que actuar, sentir, y moverse, son de las cosas más importantes de la animación.
Poco a poco los animadores más extrovertidos o más jóvenes se arrancaban la pena del cuerpo y actuaban con nosotros. Proponíamos, nos proponían. Gritábamos, nos gritaban. Reíamos, reían. Compartíamos gestos y expresiones para crear emociones las cuales eran suficientes para entender, porque no todos entienden cuando dices: “pleurer”, “smile” o “sollozar”, pero todos entienden como se ve un rostro que sufre, todos entienden como se ve un rostro que ríe.
Texto e imágenes por Juan Fernando Fabián Zapata