ESCENA en Pixel Challenge. Parte II
5 países estuvieron presentes en Pixel Challenge; Canadá, Estados Unidos, Francia, Bélgica, y México, y vale la pena mencionar que además de ESCENA, había una escuela más que representaba a nuestro país, por lo que fuimos parte de los primeros hispanohablantes en la competencia de arte digital más importante de Canadá, ya que 2018 fue el primer año en el que el evento convocó a competidores extranjeros.
La mayoría de los equipos estaban formados por artistas jóvenes, y muchos de ellos estudiantes, también había recién egresados que estaban dando sus primeros pasos en el mundo laboral, así como artistas con más experiencia; y claro que aunque la mayoría hablaba francés, algunos otros inglés, y nosotros español, los perfiles de los asistentes eran muy similares, casi todos con intereses creativos parecidos, lo cual fue perceptible desde el inicio hasta el final.
El primer día llegamos nerviosos claro, era la hora que esperábamos desde hacía mucho tiempo y ya no pensábamos en el frío… Bueno sí, la verdad es que nuestros piecitos siempre sintieron frío, pero independientemente de eso, nuestra atención se enfocó en los objetivos que debían cumplirse: crear un proyecto a partir de una idea que aún no conocíamos, repartir tareas, trabajar en equipo de forma óptima, y entregar un corto animado de calidad que pusiera en alto el nombre de México.
Vale la pena mencionar que una de las grandes experiencias de Pixel Challenge fue el trabajo con artistas locales. La organización del evento facilitó el contacto entre nuestros equipos y artistas de sonido y de guion de Québec. La intención era formar una colaboración cultural y artística que derivara en proyectos extraordinarios.
Escena Stags trabajó con Jacques Ferland, músico y entusiasta de la tecnología; y Los Ajolotes trabajaron con Nicolas Harvey, un genial artista de audio originario de Québec, y además con Pablo Escobar, un sorprendente guionista francés radicado en Canadá desde hace varios años.
Nuestros equipos ya habían charlado un par de veces con sus colaboradores locales vía Skype, y Los Ajolotes por ejemplo, vieron a Nicolas en persona un día antes del inicio de la competencia, pero digamos que el día 1 de Pixel Challenge fue muy emocionante porque ya todos estaban juntos; se saludaron de mano, se dieron abrazos y hablaban de la vida en México, en Canadá y en Francia, y claro que ganamos la batalla sobre el país con mejor comida.
El tiempo seguía pasando y una vez que todos los concursantes estaban en sus respectivas posiciones, es decir, en las áreas de animación 2D, 3D, videojuegos (profesionales y estudiantes), así como diseño sonoro y guion, hubo un momento sorpresivo en el que las voces de mucha gente se escuchaban pero no sabíamos de dónde provenían, así que hicimos lo que se tenía que hacer: correr.
Corrimos atraídos por el sonido de las voces con emoción, y llegamos hasta un auditorio en el que había una premiación de otro concurso, pero después, se anunció el tema con el que trabajaríamos: La Tormenta Perfecta.
Una vez que escuchamos el tema, regresamos todos a las áreas de trabajo, porque ahora sí que había mucho por hacer. Nuestros equipos se agruparon rápidamente y comenzaron las lluvias de ideas en las que trataban de encontrar un eje narrativo interesante y original para darle forma al cortometraje animado que realizarían.
Escena Stags pensaba en un sinfín de posibilidades de color, de emociones y de tonos para su historia, entre todos intercambiaban opiniones sobre lo que resultaría viable y lo que no, y le compartían sus puntos de vista a Jacques para que él les dijera cómo imaginaba lo que le decían en términos de sonido.
Por otro lado estaban los Ajolotes, quienes también rebosaban en ideas y creatividad, y contaban con la guía narrativa de Pablo, quien estuvo puliendo el planteamiento al que poco a poco iban llegando, sin dejar de lado claro, a Nicolas, quien aportaba sus puntos de vista y estaba ansioso por hacer lo suyo, una gran composición musical que acompañara el corto.
Después de unas horas en la creación de una historia, tocaba organizar un pipeline óptimo para que todos los integrantes de los equipos pusieran manos a la obra y quedara claro un storyboard que sería la base para pasar a terrenos digitales.
Los equipos dibujaban, dibujaban, dibujaban; corregían, replanteaban, charlaban un poco, iban a comer algo, y regresaban a dibujar. Los artistas de sonido y de guion estaban cerca, no se despegaban de donde ocurría la magia, tenían que ser testigos permanentes para captar los guiños, las sonrisas, los suspiros, los chasquidos, y cualquier pista necesaria para hacer del acompañamiento musical y narrativo, algo sinigual.
Este fue el ritmo de todos los equipos presentes en Le Terminal de Croisière de Québec, mientras afuera del recinto había un río descongelándose poco a poco, adentro había jóvenes de cinco países dando rienda suelta a su imaginación; mientras afuera la nieve teñía todo de blanco, adentro se comía Poutine a altas horas de la noche, mientras afuera el aire helado obligaba a la gente a cubrirse, adentro había un concierto de arte que prometía un desenlace inolvidable.
Y se agotó el tiempo.
Llegó la tarde del sábado y con ella la obligación de entregar el corto animado en el que se había trabajado una larga jornada, y había que hacerlo pronto para que los jueces observaran los resultados, y emitieran un veredicto para anunciar al ganador.
Una hora antes de la hora de entrega final, nuestros equipos estuvieron nerviosos y con mucha presión encima, pero hicieron lo que todos los demás, guardaron el producto de su esfuerzo en una memoria usb y lo entregaron para que fuera calificado en Pixel Challenge.
Fue inevitable sentir algo de alivio después de la entrega, ya que a como diera lugar, el trabajo estaba hecho y ahora sólo faltaba esperar la Premiación, por lo que nuestros alumnos recogieron sus pertenencias, y fueron a cambiarse al hotel en donde nos hospedábamos, para después regresar a Le Terminal a recibir la noticia final.
Cerca de las 21:00 locales, inició el discurso del Director de Pixel Challenge, quien se dirigía a los asistentes con agradecimientos en francés y en inglés, con mucha emoción y sobre todo con ansias de dar a conocer a los ganadores de todas las categorías, y así fue.
Los dos equipos de ESCENA que compitieron en animación 2D y animación 3D realizaron un gran trabajo, se dieron cuenta del esfuerzo que implicó una competencia internacional, valoraron la importancia del trabajo en equipo, conocieron artistas extraordinarios, y se probaron a sí mismos, y aunque sus nombres no fueron mencionados como ganadores de Pixel Challenge, sí que ganaron una experiencia invaluable como jóvenes artistas y eso marcó la pauta del camino que quieren seguir en el futuro.
Al concluir la premiación había un ambiente de mucha euforia, porque claro que a todos nos alegraba el triunfo de los equipos de cada categoría, vimos unos fragmentos de sus geniales trabajos y nos sentimos felices de haber competido con ellos. Además de que hubo una celebración entre nosotros, particularmente entre Los Ajolotes, porque Pablo Escobar ganó el primer lugar en la categoría de Guión por la historia en la que trabajó todo el equipo.
Así que a pesar del cansancio y el sueño, tanto los equipos de ESCENA como el staff que los acompañamos, experimentábamos una sensación de satisfacción por toda la experiencia vivida, y nos sentíamos ansiosos por repetirla.
Así concluyó nuestra primera participación en Pixel Challenge, fue emocionante desde el inicio hasta el final, y aunque la competencia en sí fue la actividad principal, todo el viaje estuvo aderezado con momentos excepcionales, que iban desde risas en los trayectos entre aeropuertos, hasta cenas con música en vivo jugando Shuffle Board en Montreal.
¿Volveríamos a Pixel Challenge? Por supuesto, este escenario nos enseñó mucho y esperamos que en el futuro; la nieve, el Poutine y el arte nos reciban nuevamente en el país de la hoja de maple.
Por: Michelle Castro
Imágenes: ESCENA Archivo