¿Bloqueo Artístico? ¡Bienvenido al club!

Es común que cuando alguien se dedica al arte o a algún medio creativo, ya sea de forma profesional o no, llegue esa misteriosa pero bien conocida nube que no hace más que posarse sobre nosotros para dejar caer una tormenta de inseguridades y vacuidad, es decir, de pronto parece no haber nada interesante en nuestras mentes inquietas, parece que la originalidad nos ha abandonado para siempre, dejando lugar a la desesperanza y frustración.

Ahora bien, no porque esta situación sea frecuente y siempre escuchemos que es pasajera y que todos la vivimos, es menos intimidante. Es cierto que en esos momentos, ver la creatividad de otros colegas y amigos nos hace sentir que somos los únicos estancados, sin embargo, estos momentos son parte de la vida de un artista y con el pasar del tiempo, nos damos cuenta de que incluso en estas situaciones aprendemos cosas nuevas y nos permiten crecer como personas. 

¿Por qué? Porque estas lagunas creativas nos empujan a salir de nuestras rutinas y en consecuencia, son el motor de la exploración, son el caldo de cultivo idóneo para refrescar nuestra curiosidad y encontrar nuevas formas de crear. 

Así que, desde la experiencia de nuestra diversa y multicolor comunidad ESCENA, les compartimos algunos tips para encontrar muchas musas. 

Ver películas. Nada como explorar un formato tan completo como el cine, en el que tenemos la posibilidad de conocer cómo se nos cuenta una historia con un sinfín de recursos audiovisuales, así que exploremos nuevos géneros, directores, narrativas… 

Leer libros. Algo que cada vez resulta menos frecuente al estar inmersos en una industria tan visual, sin embargo, el dulce ejercicio de la lectura siempre nos regala el privilegio de imaginar relatos, así que ya sea ficción o algún texto de aprendizaje artístico, propongámonos devorar insaciablemente algunos libruchos. 

Salir con amigos a hacer diversas actividades. Es muy importante (en la vida en general) rodearnos de personas de las que aprendamos y con quienes forjemos lazos valiosos, por ello y si es que tiene un rato que no ves a aquellos integrantes de la “familia que uno escoge”, llama a algunos y escucha sus puntos de vista, cuéntense cómo va todo y pasen un rato agradable que les sirva de respiro. 

Intercambiar puntos de vista. Es muy reconfortante platicar con quienes piensan como nosotros porque llegamos a las mismas conclusiones, pero el ejercicio de escuchar a alguien que piensa distinto es invaluable, porque nos hace replantearnos lo que a veces damos por hecho, y en esos procesos adquirimos nuevas perspectivas, y quién sabe… Hasta podríamos cambiar de opiniones. 

Conocer el trabajo de otros artistas. Este ejercicio es fundamental en el quehacer artístico, no solo al buscar referencias para desarrollar nuestros proyectos, sino como una forma de ir definiendo nuestros gustos, o al menos los de ciertas etapas profesionales. Así que al seguir el trabajo de colegas en redes sociales por ejemplo, también vamos enriqueciendo nuestro baúl mental de gustos. 

Darnos gustos, postres, platillos favoritos… Esto es MUY IMPORTANTE, mucho. Es increíble la satisfacción que nos producen los alimentos, así que seamos fans de lo que sea, vayamos a liberar unas endorfinas que estimulen nuestra creatividad, sucumiendo ante algún antojo. 

Visitar museos, parques, iglesias, jardines, sitios nuevos y de todo tipo. HAY QUE SALIR DE VEZ EN CUANDO; así, en mayúsculas, porque es frecuente que ya sea haciendo tarea o ya dedicándonos a “sacar la chamba”, vivamos como ermitaños fotosensibles, alejados de la gente y del oxígeno, por lo que una gran terapia de descubrimiento es que nos dé el aire un poco de sol y nos inspiremos observando la arquitectura de nuestra ciudad, la naturaleza o las piezas que nos encontremos en algún museo.  

Practicar algún tipo de actividad física, ejercicio, baile, deporte. Otro ejercicio no solo para mantenerse saludable, claro que como hábito es genial por mantenernos saludables, pero aún si nos movemos esporádicamente ya sea a través del baile o de algún ejercicio, es bueno para comenzar y reconectar emociones, pensamientos y sensaciones con nuestros cuerpos, para relajarnos, distraernos, disfrutar y sentirnos más receptivos. 

Y después, podemos practicar lo que más cuesta trabajo, lo que más nos gusta y se nos da mejor, o algo nuevo que surja incluso de una lluvia de ideas. 

De esta forma, la inspiración nos sorprenderá ocupados y listos para seguir creando trabajos geniales. 

 

Por: Michelle Castro

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